Cuando las personas con sobrepeso comienzan a recuperarse, re-descubren placeres olvidados, viven más tiempo y mejor, tienen mas control sobre su vida, mayor capacidad de movimiento, elasticidad, flexibilidad, posibilidad de trabajar, socializan más, disfrutan más de su sexualidad y de todo en general. El cambio es físico, espiritual y psicológico, y tener claro todo lo que uno se estaba perdiendo representa una gran motivación para no recuperar el peso.
Si bien quizás uno está hace mucho tiempo con sobrepeso y creó justificaciones para continuar así (como ocurre con muchas otras adicciones) repitiéndose a sí mismo “de algo hay que morir”, “algún vicio hay que tener”, “no se puede todo en la vida”, este circuito no hace más que perpetuar el problema, al pensárselo como imposible de solucionar.